ELLA
- Me
tienes hasta el moño, Baldomero,
pues
eres un gandul señoritingo
que
en vez de trabajar te vas al bingo
jugándote
el cartón con mi dinero.
EL
- Pero
mujer, si solo juego un poco,
y vamos
pronto al cine cuando gano,
y
siempre, siempre, siempre de la mano,
pues
sabes que tu amor me vuelve loco.
ELLA
- No sigas
que te tiro el cenicero,
si quieres
ir al bingo, te lo curras,
y mientras
ese pleito no discurras
aquí
tienes el mocho y el plumero.
EL
- Pero,
querida, le hablas a un poeta
que
sabes que le priva la cultura;
y
siento que no llegues a mi altura,
pero
eso no es razón de tu rabieta.
ELLA
- A ver,
Mariano, cielo, no te enteras;
ya sé
que no es tu nombre, pero, a veces,
deduzco
que es el nombre que mereces,
pues
dañan tus sandeces puñeteras.
.
Precioso poeta, felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz noche.
Es en clave de humor. Bastante irónico. Gracias por leerlo, poeta. Un abrazo.
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