viernes, 28 de febrero de 2014

ÉXTASIS

Porque quiero tu lengua
vestida de ángel entre mis piernas.
Y si nada las mengua,
tus carantoñas tiernas,
con tus besos de fuego me gobiernas.

Yo no quiero tormento,
al gozar me fusiono con el trigo
de tu cuerpo sediento
cabalgando contigo.
Sólo quiero tu aliento, eso persigo.

En la cima del éxtasis,
cruzaremos el cielo, tú y yo juntos
al portal del oasis
hasta sumar los puntos
de andar al infierno con los difuntos.


martes, 25 de febrero de 2014

JUNTOS (Soneto inglés)

Se me adhirió tu cuerpo, lo ensamblaste
enmarañado al mío cual serpiente,
y te amé para siempre, y tú me amaste,
cruzando los dos juntos la pendiente.

En el umbral del velo de la muerte
iremos por el aire, tan liviano,
besándonos los labios de tal suerte
que al infierno vayamos de la mano.

Seguiremos amándonos entonces,
unidos por el fuego en la otra vida,
rasgándonos la piel de tan ceñida,
con caricias que brillen como bronces.


¡Cuánto goce vivir, morir amada!
¡Agonizar contigo, enamorada!

domingo, 23 de febrero de 2014

VOLAR

Las nubes son mi asiento,
la evasión sin límite, mi objetivo.
Mas lo cierto es que vivo
prendida entre los hilos
de este acaecer de quietud y viento.
A ratos me diluyo,
como sombra en la noche de tormenta,
me lanzo a la corriente
de los ríos, y vivo, (en vida, muerta), 
en el abismo incierto del erebo.
Percibo que en el fuego,
(urdimbre urdida en el quicio del deseo),
aguarda el alimento del poeta.
Y atisbo, por estrías de la mente,
el túnel que atravieso
al agacharse el día:

aspiro el aire puro de los cielos,
que sin estorbos vuelo agradecida.

sábado, 1 de febrero de 2014

Andando…

Anduve y ando por el peregrinar que toca a mis andares. Y andaré de modo que perdure este solaz de piernas incansable, este deambular por lunas y por soles.

Salto el precipicio si se me antoja, o me quedo durmiendo en el recodo de un monte, si así lo quiero. Escribo, pinto, leo, juego, y dejo al sentimiento que se relaje, que recorra los canales que más le agraden.

Porque camino libre, sin importarme el ruido ni sus miedos, ya pasó el tiempo de engañarme.

Me estremezco sola cuando altiva cruje, desconcertante, la emoción furtiva, y dejo caer las lágrimas, que se derramen, se desparramen todas por donde quieran. Río, canto, bailo, cuando me place.

Ya no escucho embelecos, ni algarabía fingida, ni voces agrias. Ya no hay premisas ni diques, ya no hay fantasmas que me cierren el paso.

En este último tramo de mi vida, aprendí que es mío el recorrido y quiero desbrozarlo entero a mi capricho.