martes, 24 de julio de 2018

Ser o no ser...


Comenzaré diciendo que no sé,
que no sé cómo soy, os lo prometo.
A veces soy activa, otras vegeto,
pero creo que todo es paripé.
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En muchas ocasiones comulgué
con un ego contrito, recoleto,
que aislara el predicado del sujeto,
pero todo fue inútil , lo lié.
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Sigo, a estas alturas, confundida,
sin saber qué pretenden mis neuronas,
las cuales desconfían de mi instinto.
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Ser o no ser, pregunto suspendida
entre una tempestad de feromonas;
pero sigo en mi oscuro laberinto.
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viernes, 20 de julio de 2018

Anacoreta...



A veces es el mundo tan mezquino,
que nos empuja a verlo con disfraz,
algún barniz simpático capaz
de limarnos las piedras del camino.
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Con tanto despropósito supino,
con tanta alevosía pertinaz,
con tanto y tanto crápula voraz,
con tanto acosador, tanto cretino...,
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disculpad que disponga de careta,
que me oculte detrás de esta pantalla
para vivir mi rol de anacoreta.
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Para darle a mi voz la voz canalla
que requiere esta brújula veleta,
que gira sin parar, pues nunca calla.
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lunes, 16 de julio de 2018

Supongamos...

Supongamos, amor, que las palabras
que se deslizan suaves por los versos
se engarzaran buscando el desvarío,
que, tal vez el murmullo, el ajetreo
que transciende liviano, casi ingrávido,
susurrara enigmático un te quiero…
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Supongamos, amor, que te turbase
y tiñera de púrpura aquel sueño
que un relámpago añil atravesara...
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Supongamos, amor, que vuelan besos
sobre tantas anáforas vibrantes
produciendo volcánicos incendios
que excitaran la piel con su lectura.
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Supongamos que viera el universo
este poema ubérrimo de hipótesis.
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Supongamos, amor, imaginemos…


domingo, 15 de julio de 2018

Andar...

Camino y al andar trazo mi vida;
unos pasos tras otros y otros más,
y el rumbo, con su efímero compás,
me va llevando, terco, a la salida.
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Si me detengo, asumo la sabida
abulia del parásito; además,
se quedan mis neuronas casi al ras
de ver la adversidad en su caída.
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La cuestión es andar, andar, andar,
dejando galopar al corazón,
sintiendo como encaja el recorrido;
.
y buscar siempre el modo de avivar
el fuego arrollador de la razón
que goza siendo el cómplice atrevido.
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jueves, 12 de julio de 2018

Soñar...


Si pudiera elegir, abrir la puerta
al dios de la fortuna, pues... tal vez
querría estar divina en la vejez,
y, mayormente, viva antes que muerta.
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Querría elucubrar, estar despierta
y envolverme de tanta lucidez,
que esta estrofa inalámbrica ¡pardiez!,
a mí misma dejara boquiabierta;
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atisbar ese vértigo apacible
que los poetas sienten al volar
cuando logran el verso deseado.
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Soñar, seguir soñando, si es posible;
y amar, amarte, amor, prefiero amar
por encima de todo lo soñado.
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miércoles, 11 de julio de 2018

Unas liras mondas y lirondas.


Si a través de la lira
procuro ser más fiel a mi lenguaje,
si la misma me inspira
y me inyecta coraje
para pulir con éxito el mensaje…
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Si todo eso sucede
y logro ser leal con lo que escribo,
y encima no transgrede
mi mundo creativo,
resultará un formato sugestivo.
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¡Menuda paradoja
imaginar que escribo sin hacerlo!
Una luz infrarroja
se coló de estraperlo
por estos versos locos, sin quererlo.
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Pero a pesar de todo
soy cómplice del cántico profundo;
camino codo a codo,
junto al viento errabundo,
del brazo del amigo y de mi mundo.
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viernes, 6 de julio de 2018

Esdrújulas...


Pensaba que era fácil y anecdótico
acceder a la vía de la esdrújula,
y al intentar entrar, ay, fue caótico,
¡me exigió una neurona entrar con brújula!
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Y entonces reculé. ¿No era patético
el querer acudir a un gen errático?,
pues yo no soy poeta y lo poético
suele ser, casi siempre, carismático.
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No obstante, sigo el juego y la polémica,
sigo enganchada al ritmo metafórico
porque soy de este grupo una fanática.
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Digamos que me hicisteis académica
de las letras y el método folclórico,
y os juré lealtad con la gramática.
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lunes, 2 de julio de 2018

Las mil y una noches... (alejandrinos)

Donde el aire nos lleve en pos de la aventura
cabalgarán las nubes saturadas de besos,
con la luna observando la apacible dulzura
que recrea el misterio que se cubre de excesos.
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Y te anuncio, querido, que te espera el nirvana
con mi canto poético, con mi voz sugerente
susurrándote, queda, que, al llegar la mañana,
tu interior notará un latir diferente.
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Pero aguarda, sultán, permanece expectante
a que llegue la hora en que baje un lucero
a dictarme al oído la feliz picardía,
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porque sueño a tu lado un azar delirante
que te atrape el sentido, mientras yo me libero
entretejiendo sueños de magia y fantasía.
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