Mis armas son las letras, la lectura,
el verbo con su incendio de vocales,
los giros y paréntesis, vitales
para desbaratar cualquier censura.
.
Mis armas son la voz y la ternura
que desparramo en páginas virtuales
al albur de esos ecos naturales
que alimentan su cálida andadura.
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Las palabras son cómplices y, a
veces,
a veces se apoderan del aullido
dejando sobre el folio el estallido
.
de un extraño valor del que careces.
Escribir es la excusa, la trinchera
que siempre, siempre, siempre te libera.
.