viernes, 28 de junio de 2013

Respirar…

Nutridas,
teñidas de rubor
y reavivadas,
caminan desnudas
y agrestes,
las palabras.

Agazapada entre las plantas, me acomodo. El cuerpo se anexa sin esfuerzo. Soy matorral; soy espesura. Soy vahído emocional. El sentimiento brota instantáneo, cálido, como lluvia de una nube de verano.

Las palabras se escapan; las alcanzo al instante, y las digo que digan, casi en un susurro sonrojado, que me oculto para encontrarme; que me escondo para entenderme y para amarme.

En el íntimo regazo, la vida vuelca su esencia en los cuencos desmayados y receptivos, prestos a recogerla. La savia circula plácida.


Con un prurito de gozo y extravío recompongo los sentidos.

miércoles, 19 de junio de 2013

Locura

Por los pasadizos de mi entendimiento circula altanera la locura; estridente y desmedida en ocasiones; otras, disfrazada de cordura.

Gestada en los comienzos de la infancia, habita en los suburbios de la mente bullendo libremente entre barriadas, creciendo sin premisas ni  corrientes.

Se jacta y regodea de sus actos, cantando cuando el mundo se amilana, llorando para desahuciar su pena, y remontando a golpe de ironía el pulso de su alquimia.

Sustentada por asombros, por dulzuras, prosas y versos, la locura se hizo dueña por completo de mi juicio; condenó al vasallaje al pensamiento, y cercó al escaso raciocinio.


Esa es, pues, la andadura de mi fiel, sensorial, lúdica y eterna locura.

jueves, 13 de junio de 2013

Estío

Descargó el tiempo sus delirios y un vapor cálido aromó la tierra, rociando de caricias los sentidos.

Con pasión intensa me abraza el aire, empapado en aromas a fruta, a soles, a risas, a besos y a baile.

Rondan festejos de goces, requiebros de amores, alientos de mares. Susurran los árboles, se alejan huyendo los llantos, se esconden temores.

La carne se agita con el velo suave de la liviandad. Se escuchan quejidos, bombean latidos, se funden los soles con frivolidad.

Y entre los trigales trinan melodías, es la brisa suave de alguna zalema, es el regocijo, es un canto alegre de complicidad.


Se alía el estío con la complacencia de la diversión. Brota un sarpullido de alegre picor, y se escucha el arpegio de la excitación.

jueves, 6 de junio de 2013

Teclear…

Al teclear, percibo el hálito que exhala de mis dedos, y cómo las sinuosas formas de las letras se contonean sobre el folio; y advierto ensimismada el tenue esbozo de mi pensamiento.

En ese paréntesis fronterizo, se produce un revuelo de letras que el aire desvirtúa, es el salto desde un terreno íntimo y cálido al vacío de lo mundano.

Brotan livianas las palabras, desprovistas de oropeles y monsergas, acompañadas en su rítmico recorrido por el latido acompasado de las teclas.

De súbito, las palabras emprenden un viaje impredecible por teclados fantasmas, o se pierden confundidas entre mis dedos, curtidas tal vez de mi ignorancia.

Resbalan por mis dedos
las palabras,
renuentes,
buscando otro momento
de lucirse.
Se escurren huidizas

y silentes.

sábado, 1 de junio de 2013

Caos

En el maremágnum descontrolado de ideas que pululan por mi mente, es inútil separar lo útil de lo estéril, el caos, como un vendaval inhóspito, se ha instalado con éxito.

En esa situación de indigencia con la que convivo, los post se resienten, y con ellos la mirada cómplice del lector; porque no es de recibo darles tormento por goce, ni sopor por excelencia.

Como dije y digo, e insisto, pues cansina está la mente, que, repito, se adelanta y se entromete hasta en lo nimio...

Vuelvo a decir que digo… lo que me cuesta decir, y pretendo ya decirlo de una vez, pues no quiero engañaros si no sé de qué modo emocionaros, si no sé…

Si no sé adentrarme en mis honduras, si la sangre me es esquiva, si no escancio de licores las palabras... Si no sé, en definitiva, enamoraros…


Decir ¿qué debo deciros? Pues que ya está bien.