Me enfurece a rabiar la estupidez
del cretino que farda de importancia,
que alardea tildándose de juez
sin captar su patética ignorancia.
.
Me enfurece el afán del prepotente,
que presume de ser mejor que Dios,
y que abusa del miedo de la gente
soslayando los contras y los pros.
.
Me enfurece el cerebro del violento
(atestado de miedos escondidos),
que disfruta, insaciable, del tormento
ejercido sin pálpitos prohibidos.
.
Me enfurece lo obtuso, lo vulgar,
lo que no me alimenta al caminar.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario