viernes, 22 de septiembre de 2017

La duda...

Cuando digo que digo lo que digo,
no lo digo al tuntún, ni por decir,
lo digo porque dudo de la duda
que, dudosa, trajina en mi magín.
La duda se atraganta de más dudas,
y, todas, a su vez, dudan de mí,
y yo sigo dudando, impenitente,
enredada en la duda de raíz.
El pensamiento gira ineficaz
buscando la razón de su existir,
desbrozando la duda de su duda,
rastreando y cazando... el leitmotiv. 
Y, con tanto estupor dubitativo,
mi cerebro parece un polvorín
a punto de estallar de tanto enredo.
Mas, con todo y con eso, soy feliz,
porque siento y padezco y me enamoro,
y vivo en mi burbuja de organdí.
Me otorgo el beneficio de la duda,
y me lanzo a sentir, sentir, sentir.
.

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