miércoles, 28 de noviembre de 2012

Bloguear…


Te solazas, desahogas, sueltas la labia y la euforia, ejercitas el cerebro, a la vanidad alimentas y te sientes en la gloria.

Comienzas por la fachada, el llamado continente, decorándola con mimo, a sabiendas que la enjundia ha de circular por dentro, es decir, el contenido.

Eliges los ornamentos, la escritura, un buen encaje y demás aditamentos, y con maestría e ingenio vas recreando el paisaje.

Lo más arduo viene luego. Pues no siempre acude fácil aquello que te imaginas. Lo rumias, lo representas, lo percibes, lo presientes, pero hay veces que no llega por mucho que tú te empeñes.

Para los blogueros serios, el blog es fiel instrumento. Plasma alegatos, vituperios y demás predicamentos. Los hay que son literarios, otros que son artísticos y, si rascamos un poco, los hay hasta creativos.

El mío, ni adobo ni hechura tiene, pero me lo paso en grande. Bloguear es un estímulo, un juego, un placentero deporte para el contrito cerebro. Un remanso entre ajetreos.

4 comentarios:

  1. Me encanta las palagras 'ni adobo ni hechura'.
    Es siempre difícil, expresar mucho con pocas palabras, lo se.
    Pocas palabras que expresan mucho, pero mucho.

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  2. Agradezco tus palabras, Javier. Jugar con las palabras es algo muy entretenido y, si además, entretengo a otros, mejor que mejor. Un beso cariñoso

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  3. Y tanto que lo es, bloguear, cuando hay tiempo, es un placer.
    Saludos.

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  4. Vaya, Juanjo, me alegra verte por aquí. Que yo sepa tú no tienes blog ¿o me equivoco?. Investigaré, no obstante.
    Un beso.

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