Sorteando vaguedades y
flaquezas, y lidiando con el tiempo, accedo renqueante al pensamiento tratando
de limpiarlo de asperezas.
Darle vueltas a una idea, a
una duda, a un problema. O darle forma a un poema. Todo requiere de esfuerzo en
el devenir pensante. Pues sin riendas es cargante el pensamiento.
Parto de la nada y a caminar comienzo.
Continúo dando pasos. Y si el camino se atasca, doy un pequeño rodeo y logro ir
avanzando. Es difícil abstraerse.
Hay que iniciar un bosquejo; ir
trazando nuevas líneas hasta vislumbrar la imagen, el perfil, los rasgos o la vestimenta
de lo que el asunto trate. Y si no desfallecemos, ponerle al presunto un marco.
Las neuronas, mientras tanto, en
usufructo viviendo y en su feudo, se implican con denuedo en la tarea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario