viernes, 26 de octubre de 2012

Sentir


Si acomodo mis pasos al silencio, acuden como una ráfaga las melodías del mundo, y siento que mi interior se estimula haciendo hueco a la excelencia.

Percibo el suspiro de las hojas al caer exánimes de los árboles. Siento el susurro del mar que me regala el viento; e intuyo la música del cielo en su mudanza.

Sentir es un pellizco del alma.

Y sentimos de continuo. Para el tráfico del ánimo no hay un área de descanso. El sentir es libertino, autodidacta, exclusivo. Unas veces, elitista, otras en cambio, mezquino. Y juraría que hay días que con antojos lo he visto.

Hay sentires que amordazan, que exacerban, que repugnan, que amenazan. Y los hay que extasían, que anonadan, que apasionan, que enloquecen, que fulminan.

El sentir es absoluto porque existe por sí mismo.

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