Sintiendo
que me moría,
me
atreví a dejarlo escrito,
y
al escribir aquel grito,
soñé
que el cielo se abría.
.
Y,
desde entonces, que brota,
sin
más armas que la pluma,
esta
galopante espuma
que
entre relámpagos flota.
Discurre
una melodía
por
este inmenso circuito,
en
cuya estancia, repito,
soñé
que el cielo se abría.
.
Nada
me turba o confiere
mayor
deleite que el verbo,
pues
de sus cantos observo
que
la pesadumbre muere.
Ríe
la conciencia mía
por
expresar aquel grito,
que
por querer verlo escrito,
soñé
que el cielo se abría.
.
Con versos así, no es raro que el "cielo se abra" y sonría...
ResponderEliminarUn abrazo poeta.
Gracias, poeta. Un abrazo.
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