sábado, 1 de diciembre de 2018

La oveja negra...


Pues sí, nací diferente;
ni más guapa ni más fea
ni más buena ni más mala,
ni más lista ni más necia…;
fui un misterio ambulante
tildado de “oveja negra”.
Desde niña me veían
con un halo de sorpresa,
como si la que os escribe
fuera un marciano en la tierra.
Y lo cierto es que acertaban
porque en el fondo lo era;
era un bicho raro, raro
que, con seis años apenas,
me encantaba la aventura
de hacerme pasar por muerta,
con el consiguiente susto
de mis padres y la abuela.
Y, desde entonces que adoro
a todos los que tantean
el torbellino inquietante
de jugar con una idea.
Pero el mundo me apasiona
a pesar de mis rarezas,
y a todos amo y respeto,
lo juro, aunque no me crean.
.

2 comentarios:

  1. Pues ya somos más los raros, así que bienvenida a la tierra, "marciana", (digo poeta)...
    Un abrazo y cuídate.

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