Mi primera incursión en
la informática
fue cargarme la tesis
de un amigo
con una maestría
aristocrática.
.
Al pobre le dio un
pasmo, y fui testigo
del sufrimiento atroz
que le causé,
y que entonces maldije
y que maldigo.
.
Prosigo siendo torpe,
bien lo sé,
a tenor de las pifias
que cometo,
aunque puedan sonar a
paripé.
.
Porque bien sabe Dios y
lo prometo,
que llevo varios cursos
persuasivos
lubricando el cacumen
por decreto.
.
Pero
huelen a rancio los archivos;
no
puedo con los copia, pega y borra
que
vibran solapados y furtivos;
.
el
teclear me arrulla y da modorra
y
lo confundo todo, o casi todo.
Pero
de pronto salta un electrodo
que
me salva del crimen con la gorra.
.
La sonrisa siempre en tus versos poeta. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Rafael. El humor lo llevo en los genes, jejeje. Besos.
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