lunes, 2 de abril de 2018

La morera. Relato de terror. A cuenta de mi morera, jejeje :-)


Me desperté sobresaltada. Un estrépito me hizo saltar de la cama. En dos horas debía coger el autobús que me llevaría a la ciudad; no podía llegar tarde, era una fecha largamente esperada; bajé la escalera casi a oscuras, no había amanecido del todo. Otro estruendo me sobrecogió.
Me senté en el último escalón atenta a cualquier sonido. Un maullido me erizó el vello y sentí pánico. Pero estaba sola y debía prepararme para el viaje. No podía perder el autobús por nada del mundo. Me puse en pie y avancé unos pasos. Apoyé el oído en la puerta que bajaba al sótano, y quedé paralizada al percibir pasos atropellados. ¿Qué hacer? Llevaba tres semanas viviendo en esa casa, una casa de dos plantas, rodeada de montañas y con la cual llevaba tiempo soñando. La morera había crecido desmesuradamente en poco tiempo y todos los gatos del vecindario habían hecho de ella su lugar de reunión. El limonero se engalanaba con un enjambre de frutos. En cuestión de días, el jardincito se había convertido en un vergel.
Avancé despacio por la escalera de caracol. Algo me cortó el paso; la rama de un árbol me agarró el tobillo con fuerza y otra se enredó en mi cuerpo como una serpiente. Por encima, los gatos retozaban maullando como locos. Quise gritar, pero dos enormes ramas se deslizaron hacia el cuello y lo oprimían, lo oprimían...
¡Riiin, riiin...! Me acordé de que el día anterior había ajustado en el móvil la hora en que debía levantarme para llegar a tiempo a la estación. Miré por la ventana; a la morera comenzaban a salirle algunas hojas; pronto daría sombra. Me entró un escalofrío...
.

2 comentarios: