viernes, 24 de febrero de 2017

La luna...

Blanca de día, azul de madrugada,
la luna es el remanso del poeta
-la observa, escribe, llora e interpreta
su cántico en la atmósfera callada -.
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Se oculta y amanece en la alborada
como diosa cercana y alcahueta,
pues los amantes ven en su silueta
el velo de una lluvia enamorada.
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Imagino estos versos para un reto,
sin embargo, brotaron sin pensar:
la luna rubricó el primer terceto.
.
El segundo se puede imaginar:
se alteraron las letras del soneto
soñando ser el pálpito lunar.

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