lunes, 20 de mayo de 2019

El asombro del verso...


De manera excitante, casi impura,
derramaste tu encanto sobre mí,
y contuve el aliento, me perdí
entre ráfagas dulces de ternura.
.
Elevaste el baremo de dulzura
que, a la luz de la luna, convertí
en chispazos de plata y carmesí
entregados al dios de la locura.
.
Pero aquella pasión tan turbulenta
disipó su belleza casquivana
al albur de su propia indecisión.
.
Y marchaste una noche de tormenta,
con la lluvia cayendo en mi ventana
y el asombro del verso en erupción.
.

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