miércoles, 13 de junio de 2018

Ese oficio.


Admiro al artesano, y no, no sé
si yo entonces lo fui, porque no olvido
el tiempo de ese amor desconocido,
ni cuánto, cuánto, cuánto, disfruté.
.
Gocé como una niña y vislumbré
por dentro, en mi interior, un sarpullido,
un gran descubrimiento, un alarido,
una punzada interna, un no sé qué...
.
Anduve en ese oficio más de un año
enfrascada en venturas artesanas,
contenta en mi cubil, a toda hora;
.
me olvidé de los vértigos de antaño
restaurando cerámicas romanas,
pues me reconvertí en restauradora.
.

2 comentarios:

  1. Hermosa afición la de ser "restauradora del alma" a través de la poesía.
    Un abrazo y gracias por tus versos poeta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Del alma no lo sé (no creo ser nada experta), pero restaurar cerámicas romanas fue un oficio muy gratificante y creo que no se me daba nada mal. Gracias, querido poeta.

      Eliminar