martes, 18 de julio de 2017

El grito de Lorca...


Me llevan a matar, como a los cerdos,
a una zanja excavada en el camino.
Me van a fusilar porque el destino
cedió ante el paroxismo de los lerdos.
.
Invaden mi cerebro los recuerdos
que nublan sin escrúpulos el sino
de este aberrante crimen clandestino
larvado en los delirios de los cuerdos.
.
Se estremece el reloj de la memoria
durante el recorrido hacia la nada,
y mi deseo impúdico es llorar.
.
El verso que engendró mi trayectoria
será la voz, la voz autorizada
del grito que no acaba de gritar.
.


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