TICTAC...

Los años corren y corren,

corren como alucinados.

Corren, corren, corren, corren,

corriendo a lomos del viento,

rebasando disyuntivas,

toreando estratagemas,

envueltos en la patraña,

saturados de “poemas”,

contemplando el paripé de lo que nunca será.

Lo mío es palabrería, palabras vanas.

Nada serio.

Los años siguen corriendo,

pisando esta verborrea

de cuentos almibarados, de cacareo

y de mierda.

Y este correr anclado en tan necio despropósito,

se detendrá de repente,

cuando el tictac del reloj,

sumido en su paroxismo,

oxide su mecanismo, y haga clic: se acabó.

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