jueves, 26 de marzo de 2015

MARIA DE MEDICI Y RUBENS (Tanto monta, monta tanto…)

¡Oh, Rubens!
Sumida en una impúdica vergüenza,
hallóme aquí desnuda
en tu presencia.
Rendida a tu capricho adolescente:
ni reina, ni consorte, ni regente,
desnuda de los pies a la cabeza,
omnipresente.
Y nadie se imagina mis apuros
en este santuario de belleza,
con nuestro acoplamiento entre los muros.
¿No es cierto, vida mía, que en una alegoría sobre un lienzo,
destaca en realidad mi pecho hermoso?
¿Y no es verdad…
que soy de las “tres gracias”
la del medio?
¡Ay, mi Rubens, si el mundo se enterara de lo nuestro!
Sería repudiada por el pueblo
y a ti te mandarían al infierno.

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