viernes, 5 de septiembre de 2014

VERSOS

Escapo por las veredas turbias
del juicio,
a componer un verso, o dos, o cientos…
Los que crujan mar adentro de
mi mundo.
Y me respalda el sol
y el mar,
y un rumor que se instala intermitente
por las resquicios descarados
del espíritu.
Es el inicio del baile, el poder absoluto
del misterio.
Me estremezco de amor,
si lo deseo,
o sucumbo al arbitrio de los celos.
Indago, disfrazada de filósofa,
por las grietas más complejas de la vida,
o disfruto dando rienda suelta
a los antojos.
Y es que el rumbo interior se
me dispara.
Ya no tengo medida ni reflejos,
pues me crezco cuando escribo,
no en talento, que no tengo, sino en vida.

Que circula por mis venas más sangre de la debida.

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