sábado, 6 de septiembre de 2014

REDES



Te acarician en las redes de tal forma, que llegas a creerte casi un dios. Te adulan, te veneran, te idealizan… Te crean una imagen tan ficticia que emerge paralela a tu estupor.

Nada hice memorable. A nadie produje agitación. Fui indomable y pendenciera. ¿A qué viene de repente esa alegre devoción?

Las redes son aposentos que engatusan por igual, al débil y al resistente, al culto y al soñador; al poeta, al escritor, al músico, al inconsciente…              

De súbito se filtra por los hilos de esa urdimbre el vocablo de un “te quiero”, y es fulgor que nos aturde, y se arma la de Dios.

Y es que vuelan las palabras que lideran el amor. En el aire se aposentan girando a tu alrededor y enredando en tu quimera.

De requiebros y reclamos las redes van bien surtidas. Acribilladas a besos, a caricias, a lindezas… ¿Cómo no sentirse alteza?



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