Si el cerebro bucea entre legajos y elucubra por oscuros
derroteros; si escatima el tiempo de excedencia… las neuronas convocan asamblea
en busca de salidas de emergencia.
Si exánime naufraga entre expedientes y abusa de artículos
y leyes; si se pierde entre dígitos y letras… las neuronas se incomodan, se agitan
y rebelan.
Mas si el tiempo se encarcela entre cajones, y se empapa
de polvo y de decretos persistiendo el período de tormento…
las neuronas se saturan y abandonan dejando al cerebro sin escolta.
Pues las huestes de la mente se consumen, enajenan, asfixian,
abotagan, exasperan y revientan, en quehaceres engorrosos, anodinos y triviales.
si el sueño es imposible con un niño que despierta cada hora, temo que mis puérperas neuronas pululen por la tierra de nunca jamás. volverán?
ResponderEliminarVolverán, seguro. Las mías se pierden continuamente pero terminan volviendo a su feudo. Sienten morrina, jejeje.
ResponderEliminarGracias por el comentario.