El delirio y la torpeza alardean de ignorancia y se atreven
sin rubor con un egregio, un post de altura. Pues, ¿qué es filosofar sino
locura?.
Espontáneo es mi laudo, y desnudo el raciocinio,
caminando sin gobierno por el pensamiento limpio; exprimiendo y transformando
de continuo el débil juicio.
Ya es dislate abstenerse de eruditos, y demencia no
hurtarles sus saberes. Ya es falta de cerebro adueñarse de un discurso sin
saber a ciencia cierta su linaje.
Pero induzco a la mente a que respire; acoso al
intelecto, le pregunto; elaboro mis propios condimentos, y sigo requiriendo sus
servicios descifrando un código tras otro.
Y con tanta verborrea me pregunto si no será divagar lo
que aquí expongo y no filosofar como pretendo. Y me respondo, que es más lógico
pensar en lo primero que no presumir de lo segundo.
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