Si entre sábanas blancas, la rosada
efigie de alevín se convirtiera
en antorcha de fuego arrebatada
y, de esa guisa, amor, yo te quisiera,
.
andaría mi lengua, desatada,
sobre el húmedo musgo que pondera
tan magnífica ofrenda enarbolada
sin más razón que el goce que me espera.
.
Apuraría a ciegas tus encantos
con la concupiscencia a flor de piel
y los labios sedientos de aventura.
.
No habría más amantes ni más llantos,
solamente tú y yo y ese vergel
que anuncia cataratas de dulzura.
.
efigie de alevín se convirtiera
en antorcha de fuego arrebatada
y, de esa guisa, amor, yo te quisiera,
.
andaría mi lengua, desatada,
sobre el húmedo musgo que pondera
tan magnífica ofrenda enarbolada
sin más razón que el goce que me espera.
.
Apuraría a ciegas tus encantos
con la concupiscencia a flor de piel
y los labios sedientos de aventura.
.
No habría más amantes ni más llantos,
solamente tú y yo y ese vergel
que anuncia cataratas de dulzura.
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Soneto sugerente y erótico que arranca una sonrisa en los labios.
ResponderEliminarUn abrazo poeta.
La misma que se me acaba de poner, jejeje. Gracias por leerme, poeta. Otro abrazo para ti.
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