viernes, 2 de diciembre de 2016

Una liras odiosas...

Me cuesta imaginar
el odio contumaz y exacerbado,
las ganas de matar
del vil descerebrado
que emplea la violencia, fascinado.
.
Me cuesta convivir
con el brutal desdén despreciativo
y el mezquino sentir
del individuo altivo
que goza con su anhelo destructivo.
.
Me cuesta comprender
el cobarde cerebro del machista:
su miedo a la mujer;
porque salta a la vista
su misoginia estúpida y racista.
.
Me produce tristeza
la dejadez del mundo ante el horror,
la falta de grandeza
ante el flébil dolor
que crece y crece y crece alrededor.

.

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