No sé nada…

No sé qué sucedió, ni quién el que propuso

que fueras el garante del nuevo cristianismo.

Soy atea y escéptica, persigo el humanismo,

mas te intuyo cercano, con el don del iluso.

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No sé si fue verdad el crimen en la cruz,

ni tampoco el origen de tu esencia desnuda;

pero fuiste, Jesús, un gran hombre, sin duda,

que alumbraste las sombras con un rayo de luz.

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No sé si fue verdad, pero quiero creerte,

creer que tu bondad fue lo que transcendió,

y que vuela el amor a través de tu muerte.

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No sé nada, Jesús, no me creo ni yo,

imagina el esfuerzo que supone entenderte

y traspasar al verso aquello que vibró.

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