viernes, 13 de noviembre de 2015

LUCES (Unas liras mondas y lirondas)

¡Oh, musa casquivana!
Que vienes y te vas grandilocuente,
riéndote mundana.
Me seduces vilmente
para dejarme sola, nuevamente.
.
Me someto a tu juego
en un tira y afloja alucinante,
y me abraso en el fuego
convertida en tu amante,
eterna concubina irrelevante.
.
Y silbas con pereza,
llenándome los versos de improperios
restándoles belleza.
Ofreces vituperios
a cambio de mis muchos cautiverios.
.
Las palabras deliran
entre un vuelo de voces encantadas;
me arrebatan, conspiran,
como ánimas airadas
en las noches de luces plateadas.

.

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