lunes, 16 de febrero de 2015

LIBERTAD (Soneto Spenceriano)

Por el túnel obsceno de la vida,
la libertad del hombre está lacrada
con lágrimas de sangre fratricida
y la boca del alma reventada.

Condenado al infierno de la nada,
el ilota se pliega irreverente
al vértigo de pólvora callada,
arrancada su pátina inocente.

El sol no impide al agua en la corriente
que salte alborozada por el río,
ni silbe el ave el canto alegremente,
ni el alba deje al trigo sin rocío.


El hombre como el verbo nació libre,
con el ruego sublime de que vibre.

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