lunes, 30 de diciembre de 2013

Tecleando…

Tecleo con urgencia revolucionaria, exigiendo las palabras. Tecleo a instancias de la razón y la sinrazón. Mis dedos, en línea de salida, prestos a disparar, teclean por necesidad.

Y tecleando descanso de la cruda realidad. Descanso de mis tinieblas, de los fantasmas furtivos, del peso de la tragedia, del realismo, de mi propia mismidad.

Mis sentidos se relajan, deja el pulso de brincar, y los dedos se entusiasman y paran de reclamar. Porque el teclear cura si traspasa el umbral de la locura.

Rozan mis dedos las letras, y gira el aire dando vueltas alrededor de un poema, de unos versos, de una emoción atisbada, de un romance, una balada…


Eso demandan mis teclas: un suspiro enajenado, una euforia, o unas ganas de llorar.

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