Dando
vueltas y vueltas por este laberinto
de
gozos y tristezas, hace tiempo que siento
que
el infierno y el cielo se alternan con el viento
y
concentran sus fuerzas en un duelo indistinto.
.
Carezco
de agudeza, del suficiente instinto
para
valorar el fondo de este lance avariento;
pero
entiendo la vida, su matiz turbulento,
y
me supera el vértigo de todo lo distinto.
.
En
el infierno intuyo las mejores licencias:
la
libertad de ideas, el afecto prohibido,
la
aventura constante, el sabor de experiencias...
.
En
su entorno percibo deliciosas cadencias
que
fluyen de los versos con un suave latido,
y
no anhelo otra cosa que esas interferencias.
.
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