sábado, 9 de julio de 2016

La Torre del Oro (un poquillo de humor)

    Bien lo sabes, Paquirrín,
    que los celos no me afectan,
    que puedes gozar de Lola,
    Paca, Luisa, Rigoberta;
    de rubias, calvas, mestizas,
    amarillas, blancas, negras;
    de la mujer del teniente,
    de su prima la mastuerza,
    y de la Torre del Oro
    si acaso te apeteciera.
    No me afectan tus flirteos.
    Pero, amigo, no me ofendas,
    ni quieras rizar el rizo
    burlándote de la menda.
    Una cosa son las faldas
    y otra distinta la escena
    que me organizaste anoche
    recién llegué de Valencia.
    Topé con cuatro garrulos
    y un desmadre en toda regla:
    todos yaciendo en mi cama
    tocándose las vergüenzas.
    Cogí el toro por los cuernos,
    y buscando la escopeta,
    a tiros que los eché,
    cerrando tras sí la puerta.
    .

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