martes, 22 de abril de 2014

Emociones encontradas

Me turbó siempre lo excelso, lo sublime, lo emotivo; como el aria de una ópera, la pincelada de un cuadro, la cadencia de un soneto, o aquellos versos tan grandes que cubrían mi universo. Mi interior conectaba con lo bello.

Pero eso fue de muy joven, con apenas doce años. Era mi mundo cerrado, fuera de órbita, extraño; en mi ambiente eso sobraba.

Anduve feliz un tiempo, con la conmoción a salvo. Nadie advirtió la evidencia, ni columbró mi pecado.

Y llegó el desbarajuste, el fervor de lo indigesto, las prohibiciones, el miedo. Llegó el poder de lo impuesto. Y desconecté de todo, de lo bello, de lo excelso.


Ahora redimo al tiempo. Lanzo la emoción al viento, sin premisas, sin revuelo, haciendo lo que yo quiero.

2 comentarios:

  1. Es bueno ser fiel a lo que sentimos y no dejar escapar la vida. Muchos saludos!!!

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    1. Mucha gracias por el comentario. Tienes toda la razón. Un abrazo.

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