miércoles, 4 de marzo de 2020

La sombra...


Nacemos livianos, abiertos al mundo,
al mundo que intuyes salido de un cuento:
asombroso y bueno, feliz y fecundo.
.
Nos sentimos vivos, el placer exento
de burdos castigos, la mente vacía
de argumentos rancios, el sentido atento
.
a toda belleza y a la melodía
que desprende el cosmos llevando el compás.
La inocencia intacta, sin la letanía
.
que más tarde dicta un tal Satanás,
un ángel caído (aunque no lo sea)*.
Y los inocentes no lo serán más.
.
Aparece el miedo, la vida renquea;
de pronto te ocultas o desapareces
para que tu sombra ninguno la vea;
y, tras la careta, resistes y creces.
.

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