viernes, 24 de abril de 2020

El beso...


No sé si son poemas o tan solo ejercicios
para abrir la compuerta de mi mundo interior.
Lo cierto es que consigo encontrarme mejor
cuando advierto algún verso que sucumbe a mis vicios.
.
Cuando los contratiempos, inquietudes y juicios
se evaporan de pronto, y percibo un temblor
renovado en el pecho; cuando escapa el pudor
por los bordes del folio devorando prejuicios;
.
cuando subo a las nubes persiguiendo una idea,
reconozco que muero por dejarme llevar,
esperando, expectante, que la página arda;
.
porque eso supone que algún dios rumorea
que no cierre la puerta al placer de volar,
ni tampoco me olvide de ese beso que aguarda.
.

sábado, 18 de abril de 2020

Jugar...


Me encanta jugar, sentir al lenguaje
latir por el folio mientras lo deslizo,
desplegar su aroma y rizar el rizo
con figuras dignas de regio linaje.
.
Componer un puzle, en cuyo engranaje
se escuche, infiltrado, un ritmo mestizo
de voces arcaicas y son pegadizo,
un ritmo que infiera un hábil mensaje.
.
Jugar con las letras es muy placentero,
porque son sumisas  y no se sublevan
cuando las agrupo en un verso inerte.
.
Porque son calmantes, como el aguacero
de verbos y voces que hasta el mar me llevan.
Y porque las miento si no tengo suerte.
.

jueves, 16 de abril de 2020

Pereza...


A menudo me indago el interior,
sobre todo si escribo: me sonroja
salpicar la escritura de congoja
sin sentir, en el fondo, ese dolor.
.
Necesito tener el pundonor
de buscarme por dentro, hasta que escoja,
entre tanto desliz, lo que me enoja,
separando lo justo del error.
.
El escollo radica en la flaqueza;  
discurrir ocasiona sacrificio,
y a la menda le puede la pereza.
.
Acostumbro a pedirles armisticio
a las huestes que ordenan mi cabeza,
pero acabo disléxica y sin juicio.
.

jueves, 2 de abril de 2020

QUÉDATE EN CASA...


Quédate en casa, venga, quédate en casa,
deja ya de esquivarlo, capta el mensaje,
que al bichito le pirra el libertinaje
y cuando tiene hambre se sobrepasa.
.
Quédate en casa, vamos, quédate en casa,
que a este virus le encanta el camuflaje,
y sus disparos silban con tal voltaje
que a la pandemia, amigo, le sobra guasa.
.
Quédate en casa, hombre, sé más taimado,
plántale cara al bicho tras los cristales,
que si se ve aislado, se van los males,
.
y el mundo no merece lo den de lado.
Muy prontito veremos la primavera,
y del confinamiento saldrá el que quiera.
.


miércoles, 1 de abril de 2020

Aplauso...


Ante el horror de este virus,
que insiste en seguir matando,
se me encoge el corazón
cuando contemplo a diario
a gente que salva vidas
y entregan la suya a cambio;
la misma grandeza innata,
la misma fe y entusiasmo
que tienen las enfermeras
cumpliendo con su trabajo;
la abnegación desmedida,
el esfuerzo sobrehumano
por atender al enfermo
en turnos casi de esclavos.
Mujeres imprescindibles,
valientes  como soldados,
se van dejando la piel
batallando sin descanso;
se merecen mil trofeos
y, sobre todo, un aplauso.
.