jueves, 13 de febrero de 2020

El duende...


La coartada perfecta, la proscrita,
el pretexto, la máscara, el  embozo…
Escribiendo sin cámaras, retozo
por detrás de esta infame pantallita.
.
Sin los focos, el duende resucita,
sobrevuela burlando el calabozo,
y, con tanto entusiasmo y tanto gozo,
que el aliento encantado multiplica.
.
La penumbra ilumina*mis circuitos
sufragando la pérdida de riego
y dotando de luces el poema;
.
de manera que surto mis escritos
de los vuelos del duende y del trasiego
de la sangre insolente que me quema.
.

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