sábado, 30 de mayo de 2020

Escarlata...


Imagino mi mundo de color escarlata,
del color que ilumina, del color rojo intenso
del color imponente que se queda suspenso
en mitad del espacio entre nimbos de plata.
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Nunca estuvo incoloro, ni a pesar de la errata
que condujo mi vida a un patíbulo inmenso,
ni a pesar de la pena, ni a pesar del descenso
al infierno rotundo de una crónica ingrata.
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Imagino mi mundo como un gran escenario
donde canta el que quiere cuando quiere cantar,
o rechaza mostrarse, si lo ve necesario.
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Donde nadie condena el poder de volar
ni repudia el ingenio con un celo arbitrario,
ni jamás escatima el deseo de amar.
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miércoles, 20 de mayo de 2020

Pecado...


En muchas ocasiones  me confundo      
por no escuchar el miedo de la gente,
por no intuir el pálpito vehemente
que sacude las bases de su mundo.
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Ese dolor nacido en lo profundo
de una herida que sangra intermitente
limita su razón y es eximente
para indultar un léxico iracundo.
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Presupongo bondad donde no existe
nada más que un gran ego mancillado
y una culpa que grita y que persiste.
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Y siento que otra vez he tropezado
con la piedra implacable del despiste
al no implicarme más en su pecado.
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domingo, 10 de mayo de 2020

El gato. Unas Cuadernas vías jocosas y anodinas. 🙂


Aunque siempre se opuso, la Menda se casó.
Hubo ágape y boda, y hasta anillos compró.
Pero no era lo suyo, y enseguida se hartó;
mas no quiero alargarme: duró lo que duró.
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A pesar de lo dicho, encargó descendencia,
ya que amaba a los niños y tenía paciencia
para jugar con ellos y enseñarles la ciencia
que dilata el cerebro y le inyecta prudencia.
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Cuando fueron mayores, con un buen alegato
predispuso al marido; y volvió al celibato
donde le dijo un cura* que su cura* era un gato;
y salió disparada a cumplir su mandato.
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Al quedarse soltera, se quedó sin dinero,
y, al verse en apuros, destapó su joyero
donde estaba el anillo, que compró un usurero.
Y otra novia lo luce; la que dijo: “sí quiero”.
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jueves, 7 de mayo de 2020

Sinalefas en cuarentena...


Bueno, este "poema" es para un reto en el que se prohíben las sinalefas. Así que no tomadlo en serio, haced como yo, jejeje. 🙂
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Puede ser divertido confinar,
sin dejarlas salir, a las vocales;
prohibir intimidades vecinales,
y no tocarse nunca, ni besar.
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De momento consigo vacilar
a mis turbios circuitos neuronales
borrando sinalefas ilegales
y rematando versos sin parar.
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Tan fácil me resulta que decido
acabar los tercetos “ipso facto”
con algunas palabras descaradas:
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es un reto perverso, retorcido,
que priva de calor y de contacto
a los versos  amantes de miradas.
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domingo, 3 de mayo de 2020

La edad...


Tanto tiempo ha pasado y, sin embargo,
parece que fue ayer cuando nací.
Perdida entre las sombras, entendí
que era bueno salir de aquel letargo.
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Fue difícil (lo digo en mi descargo),
pero el tiempo corría y yo corrí,
y resbalé mil veces, y seguí…,
logrando al caminar borrar lo amargo.
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Y transcurren los años tan deprisa
que no quiero más llantos, quiero risa*
y pintar con carmín la seriedad.*
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Quiero amarte, mi amor, y sorprenderte
un día y otro más, hasta la muerte,
a pesar del engorro de la edad.
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