Un virus renacuajo y
malandrín,
cuya forma es un tanto
pizpireta,
ha querido reírse del
planeta
jugando a ser el rey del
polvorín.
Se afana,¡vive Dios!, con
tal trajín
que le basta una simple
voltereta
para esparcir al mundo su
rabieta
sin alterar su “look” de
figurín.
.
Me cuesta completar este
terceto,
pues el bicho bribón me
ha perforado
de un picotazo enorme la garganta.
.
Termino, casi inválida,
el soneto,
con un feroz prurito en
el costado
y cubierta, en sazón,
por una manta.
.
Que la sonrisa siga siempre en tus labios y tus versos, poeta.
ResponderEliminarUn abrazo y cuídate.
Gracias, Rafael. Un abrazo. 😘
EliminarCuídate, amiga. Un abrazo.Gracias por tus sonrisas y buen versar.
ResponderEliminarGracias a ti, Javier, por leerme. Un abrazo. 😘
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