Se produce un estallido en el discurrir del juicio y, sin
mediar Dios ni ayuda, surge la inspiración. Sin más humo ni añagazas que las
propias del criterio; pues la musa viene orlada de palabras o de versos; de
ideas y de argumentos.
Contuve, pues, el aliento, y amparada en el silencio,
noté al instante el chasquido, y así fue que inicié el post. Con una nuevo
etiquetado. Un post recién inspirado, de lozana creación.
Este post, como otros tantos que se quedaron sin voz, hizo
que considerara lo que ya me barruntaba, que mi cerebro funciona a golpes de inspiración.
Que mi intelecto se abstiene, y cede el paso a programas que
se dejan manejar; a testigos más etéreos, más propensos a embaucar.
Y hete aquí que está en lo cierto. Que el intelecto es muy
sabio y no quiere intervenir si no es lidiando el esfuerzo.
Lo que uno cree inspiración... es esfuerzo, trabajo propio. Aunque no nos demos cuenta de él. No existen las musas. Existe el ser humano y las palabras que son la más bella herramienta del Universo.
ResponderEliminarCierto. Ha sido una "licencia poética y humorística" en favor de la palabra. Y tampoco está de más decir que el esfuerzo no siempre está recompensado, quizá intervenga algún que otro factor más, jejeje.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Y muchas veces un factor de "alto voltaje.
ResponderEliminarAsí es. Muchas gracias por el comentario.
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