Que me escuchen los reyes
de la nada,
aquellos gerifaltes del
vacío
que buscan mi constante
desvarío
mendigando una errática
mirada;
.
porque
pido a la muerte que la aplace,
que la
prisa no es buena consejera,
que me
deje reír, amar siquiera
aquello
que estremece y me complace .
.
Soy agnóstica, sí, y
convencida
de que el polvo será mi
último vuelo;
y vivir este instante es
lo que anhelo,
vivir atragantándome de
vida.
.
Por eso es
que suplico un poco más,
y prometo
creer en Satanás.
.
Buen soneto, en tu línea, poeta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por leerme, poeta. Un abrazo.
EliminarMe gusta, poeta, me gusta <8>
ResponderEliminarMe alegra mucho que te guste, Javier. Un abrazo, amigo.
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