sábado, 12 de mayo de 2018

De lunes a domingo



Rizando el rizo de la dificultad...
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Coplas de Arte Mayor.
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En cada Copla hay que integrar una de las siguientes cosas, empezando por el lunes y acabando en el domingo:
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El Abanico
El escote
La manga corta
La minifalda o los pantalones cortos
El bikini o el bañador
El culo al aire
El bronceado
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Saqué el abanico y me abaniqué
de forma incitante y un tanto coqueta,
tanto..., que ese lunes, de tonos violeta,
suscitó una brisa y aplaudió de pie,
con tal arrebato, que me refresqué.
Yo esperaba al hombre que sembró en mi vida
una turbulencia la mar de atrevida.
Y, en esas estaba...,cuando le atisbé.
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Acudió aquel día y también el martes.
Suspiraba el aire de pura alegría.
Y, al anochecer, supe qué quería
pero dejé al tiempo trajinar sus artes;
hay que ser prudente con lo que compartes.
Envolví el escote entre suaves velos,
pues tal vez  surgieran los temidos celos,
y reí de verle anhelar mis partes.
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Volvimos a vernos al día siguiente,
miércoles, por cierto, y además festivo.
La pasión crecía, y era su atractivo
lo que incrementaba su mueca insolente.
Hacía bochorno y un sol envolvente,
y pensé en quedarme con la manga corta.
El calor –me dijo- a mí no me importa;
y me guiñó un ojo, con cara sonriente.
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Quedamos el jueves a las seis en punto.
Yo fui en minifalda, él vino en vaqueros,
lucíamos ambos como dos luceros.
¡Ay,qué guapo estaba! Y yo me pregunto
si pensaba entonces lo que me barrunto.
Pero fue tan dulce, que cerré los ojos
y admiré con fuerza los destellos rojos
irradiando fuego del amor presunto.
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Llevaba en el bolso el bikini blanco;
tenía intención de acercarme al mar,
y topé con él, nada más llegar,
leyendo la prensa sentado en un banco.
Eso fue en un viernes cerca del barranco;
tornaba la suerte, tal vez el destino,
a unirnos de nuevo. Un duende divino
reía dichoso sobre su potranco.
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Se alejó la sombra y el turbio oropel,
dejamos la playa sintiendo la brisa
a nuestras espaldas y, aprisa y aprisa,
ese mismo sábado fuimos al hotel,
sería la guinda del rico pastel.
Con el culo al aire, supe que le amaba,
y escuché la lluvia que me transportaba
a la ducha cálida donde estaba él.
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Y llegó el domingo repleto de amores,
recorriendo a besos nuestro bronceado,
que lucía exhausto y difuminado
bajo el canto alegre de los ruiseñores.
Brotaron armónicos ayes y rumores
derramando a mares su ansiado placer.
Y no hubo mañana, ni tampoco ayer,
sin saber que fuimos del amor, deudores.
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4 comentarios:

  1. ¡Ay poeta, cómo he sonreído con tus versos...! Precioso y perfecto trabajo lleno de humor e ironía. Felicidades.
    Un abrazo y feliz fin de semana Teresa.

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    1. Y yo te admiro de que hayas sido capaz de leerlos todos, jejeje. Muchas gracias, poeta. Muchos besos para ti.

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  2. Muchas enjundia la tuya con total versatilidad que de lunes a domingo depositas para el recreo e ironía.

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    1. Muchas gracias por leerme, querido Javier. Me alegra que te haya gustado. Besitos.

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