Con el tiempo adherido a las
costillas,
camino atolondrada por el
mundo
cargada con incógnitas
sencillas,
¡el ego paradójico y jocundo!
Un mundo que no logro
adivinar
(en este laberinto
imaginario
que ensombrece mis dudas),
ni hallar
el trayecto correcto y
necesario.
Asunto por demás que no me
altera,
yo sigo caminando hacia
adelante,
regalando a mi ánima viajera
un asombro tras otro,
fascinante.
Y en la recta final de ese
trasiego,
quizá atisbe el sentido de
este juego.
Sigue caminando amiga Teresa, sigue caminando y gracias por tu poesía.
ResponderEliminarGracias, Javier, por tus ánimos. Eres un encanto. Besos.
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