Sin
querer escribo,
aunque
queriendo,
porque
quiero escribir aunque no quiera;
un
remolino invade mi cerebro,
ronronea
el tiempo metafísico
y
un vapor inquietante
me
rodea.
Escribo
porque quiero aunque no quiera,
y
al escribir se activan
los
resortes,
los
resortes del ego y su submundo.
Al
escribir me pierdo
entre
el barullo
que
campea por dentro
de
mí misma
palpando
el estropicio
o
los aciertos.
Sin
querer escribo porque quiero.
Que bien que escribas por que quieres, no sabes cuánto te lo agradezco. <8>
ResponderEliminarGracias por tener la paciencia de leerme. Un abrazo, querido amigo.
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