Volviendo
al amor entre cerebros,
al
dulce laberinto de esa idea.
Se
me antoja adorable
y
fiel reflejo
del
mundo virtual que manejamos.
Si
resulta que bullen
los
chispazos,
que
conecta el teclado con circuitos
cuyas
fibras sensibles
se
estremecen…
Si
crecen, crecen, crecen las alarmas
y
el resorte del fuego se dispara…,
si
las teclas ríen, bailan o mantienen
un
flirteo prolongado…,
se
generó el flechazo
en
el mundo sensible de las mentes.
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