viernes, 3 de julio de 2020

Verano, lavanda y hormonas... 🙂


Llegó con la fuerza de un diablillo inquieto,
arrasando playas y cuerpos desnudos;
y logró colarse por este terceto

que resiste estoico mis trazos menudos.
El verano vibra, como vibra el sol
lanzando, agresivo, sus disparos* mudos.

Vibra la lavanda, vibra el caracol
(arrastrándose ebrio entre sus aromas),
y hasta las hormigas vibran en la col.
                           
Bosteza el verano junto a las palomas;
la lavanda esgrime su egregia hermosura
mientras se derriten mis torpes hormonas
.
que gimen, exhaustas, por la calentura
de un verso tras otro que aguardan que leas.
Y en todo el poema late la locura
de una poetastra con pobres ideas.
.

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