No hubo día,
minuto, ni un instante,*
en que no
me sintiera incomprendida.
Podría
resumir toda mi vida
latiendo
en un paréntesis constante.
.
Lo asombroso
y, diría que inquietante,
era
sentirme lejos, despedida
de esta
existencia insólita, abducida
por mi
propio interior gratificante.
.
Con el
tiempo asumí como normal
este
espíritu mío de marciana,
incluso
despisté a algún humano.
.
Y sigo
confundiendo al personal
con mi suave
ironía, pues se afana
en
ofrecer, solícito, su mano.
.
La poesía corre por tu sangre y late por tus venas, poeta.
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde.
Gracias por tus ánimos, Rafael. Un abrazo. 😘
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