Tras
un conejo blanco vestido de etiqueta,
salió
zumbando Alicia, bastante divertida,
sin
advertir el túnel que había en la guarida
de
aquel personajillo un tanto majareta.
.
Se
deslizó al vacío, y una zafia opereta
parodiaba
a lo lejos, como si su caída
sirviera
de espectáculo a una chusma aburrida.
Y al
bajar encontró una puerta secreta.
.
Como
no pudo entrar y no supo qué hacer,
descubrió
una botella que le ayudó a menguar;
mas no
sirvió de nada y decidió crecer.
.
El
absurdo conejo se volvió a presentar,
y le
dijo al oído que intentara aprender
pues
no ganaba nada llorando sin parar.
.
Pues me gusta la "chorradilla", qué le vamos a hacer...
ResponderEliminarUn abrazo y gracias poeta.
Gracias, generoso, jejeje. Un abrazo.
Eliminar