No
soy y, sin embargo, podría ser abuela,
una abuela
exigente, de las que están en vela
.
las
veinticuatro horas pendiente de los nietos;
alegrando
las penas de sus ojos inquietos
y alentando
intereses por juegos y lecturas.
Sería
una abuelita en busca de aventuras,
.
por museos
y plazas, rincones y jardines,
recorriendo
incansable los teatros y cines,
.
inculcándoles
arte y ensanchando su mente.
Querría
compensarles su miedo adolescente
.
con música,
pinturas, historias y canciones
que aumentaran
su ingenio, cultura y emociones.
.
Estarían
presentes el humor y la risa
en el
gris laberinto de supuestos dragones.
Y,
en el alma, la mar con su mágica brisa.
.
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