El
último verso es de Carilda Oliver Labra.
.
Se
conmueven mis versos por decirte
que
se evapora el sol, se difumina,
que
una ráfaga cósmica ilumina
este
anhelo vital por escribirte.
.
Se
estremecen mis dedos al sentirte,
al
inyectar de luz y adrenalina
el
humo de mis letras; y es mi ruina
no
poderte besar ni seducirte.
.
Porque
la sangre vibra alucinada
entre
el delirio amante de mis venas,
y
en ese delirar yo me enveneno.
.
Porque
sabes, querido, que no hay nada,
que
no hay nada peor que las cadenas.
“Me
desordeno, amor, me desordeno”.
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