No
soy celosa, mi amor,
de
un esporádico beso,
ni
del halo turbador
que
te arrastra hacia el exceso.
De
ninguna serás preso;
soy
la eterna enamorada
que
encandila tu mirada.
Soy
tu amada.
.
No
estoy celosa, querido,
de
tu elogio a la mujer;
tu
corazón fue investido
de
la mano de un crupier
con
el don del buen querer.
Y
yo aliento, estimulada,
esa
dádiva alcanzada.
Soy
tu amada.
.
No
estoy celosa, cariño,
de
ver cómo a la vecina
le
acabas de hacer un guiño;
es
cargante y anodina,
en
todo caso, una espina
que
se te quedó clavada
en
mitad de una emboscada.
Soy
tu amada.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario